"Yo inventé las patatas"

Hablamos con Juanito Washington, un gran inventor al que nadie recuerda, pero que ha hecho mucho por el día a día de todos nosotros. "Yo inventé las patatas en 1934. Mi abuelo necesitaba una dieta rica en almidón, porque tenía 84 años y le habían detectado una infección de dierna, y en casa éramos muy pobres, éramos tan pobres que en vez de jugar con una pelota, mi hermano y yo jugábamos a cazar ratas en el sótano. Bueno, la cosa es que mi abuelo no podía comer como nosotros porque no queríamos que se muriera, así que se me ocurrió la idea de la patata. Al principio iba a llamarla albóndiga de tierra, pero mi hermano dijo que era un nombre muy feo y le pusimos patata. Mi idea era que se comieran crudas, pero la gente no comprende a los genios y les dio por cocinarlas. Otra cosa que inventé fueron los días de bajona. Antes todo el mundo sonreíay daba los buenos días, aunque lloviera o hubiera un tornado. Estaba bien, pero era aburrido. Entonces tuve la idea. ¿Y si el estado de ánimo fuera acorde al clima? La gente tardó en acostumbrarse, pero actualmente el 90% de la gente lo hace casi sin darse cuenta. También inventé las raíces cuadradas, que tanto gustan a los profesores de matemáticas. Fue un día que mi hermano y yo nos aburríamos. Era Domingo. Me acuerdo porque en mi casa éramos muy pobres, tanto que los domingos en vez de comer pollo, nos comíamos las ratas del sótano que habíamos cazado mi hermano y yo, y aquél día habíamos comido rata. Y de postre, mi madre había traído raíces de cerezo, que saben como el regaliz, sólo que con menos sabor a regaliz. Estábamos contando los palitos de las raíces y le dije a mi hermano "Oye, y si hacemos algo con ésto?. Teníamos unos 16 años y habíamos bebido mucho vino. Mamá lo llamaba vino, pero en realidad era una mezcla de los culos de los vasos que sobraban en el bar del tío Jacinto, rebajados con agua. A nosotros ya nos servía. Ahora lo lamento por todos los chavales que sufren por mi culpa, pero bueno, en su momento me pareció una gran idea."

A la pregunta de cómo se le ocurren tantas ideas, Juanito nos responde efusivamente que "me viene de familia. Un antepasado mío inventó el fuego. Antes, la gente cocinaba frotando la comida con las manos hasta que se calentaba lo suficiente. Hasta que vino mi tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatarabuelo y dijo: ¡Esto no puede ser! y el tío inventó el fuego. Supongo que me viene de él."

Juanito insiste en contarnos más cosas, como cuando inventó el mármol, o cuando se le ocurrió usar gasolina para los coches ("hasta entonces se usaba pis de burra", según nos ha contado). Pero tendrá que ser otro día. Tras 19 horas de charla, los redactores están algo cansados y es hora de dejarlo por hoy. Como dice Juanito, "Adiós. Yo inventé esa palabra, me gusta mucho. Adiós."