La pasta italiana es el nuevo objetivo de la organización terrorista para sacarse un sobresueldo. En su último informe, amenazan con imponer un canon a todo consumidor de pasta, en prevención de "posibles usos fraudulentos".
En su defensa argumentan que con ella "es más que probable que se usen recetas de cocina de las que no se posee licencia". Según la SGAE, cada vez que alguien cocina sin haber pagado la receta provoca unos daños en la industria alimentaria de hasta 5.000 Euros, y si la gente sigue pirateando la comida la economía mundial puede hacer fallida.
Es por ello que a partir de Noviembre, macarrones, fideos y demás pasarán a ser un 32% más caros, con excepción de la mítica pasta de letras, que subirá un 56% ya que "estos desalmados sin conciencia podrían escribir canciones en su plato de sopa".
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