El altercado fue protagonizado por el cuerpo de bomberos de Villaescusa quienes actuaron después de provocarse un incendio fortuito en el Ayuntamiento de la localidad.
La explosión acabó con varios edificios de los alrededores y se saldó con más de 30 victimas mortales, todos ellos funcionarios para alivio de la ciudadanía.
Tras una rápida intervención policial en la que logramos captar mediante una grabadora de audio todas y cada una de las fracturas óseas y demás laceraciones propiciadas durante el forcejeo (únicamente para nuestro deleite y regocijo) El jefe de bomberos Don Ricardo Yumas prestó la siguiente declaración:
"¡Solo hacíamos nuestro trabajo! Recibimos una señal de auxilio desde el ayuntamiento, parecía grave y acudimos rápidamente. Lo que vimos allí nos resultó cuanto menos denigrante, alguien se había tomado la libertad de prenderle fuego al edificio. Haciendo alarde de nuestra profesionalidad, ignoramos el hecho y procedimos a la acción. Lo volatilizamos todo, hicimos estallar hasta los cimientos, una pirotecnia magnifica por parte de los chicos. Repito, somos bomberos ¡solo hacíamos nuestro trabajo!"
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