El Sumo Consejo de lo Sacro y lo Sacrílego del Vaticano ha prohibido, tras largas deliberaciones, la lectura de comics como Hellboy o El Motorista Fantasma, ya que "desmitifican la maldad del infierno, dando a entender que es algo controlable por el hombre, e incluso llegando a confundir al lector sobre la dualidad de Satanás".
En el largo comunicado se prohíbe explícitamente su lectura, y advierten que "se excomulgará inmediatamente a los impíos que lean, posean o distribuyan tales artimañas del diablo". Además, han autorizado a sacerdotes de todo el mundo a exorcizar a los implicados en tales actos mediante el método del "Santo Cogotazo".
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