Llevan adoquines visibles, cemento mal puesto y tierra. Son las carreteras vintage, el último grito en moda vial. Tal y como en los últimos años han estado de moda esos círculos caóticos y peligrosos llamados rotondas, las tendencias de la nueva década comienzan a desmarcarse con las llamadas Carreteras Vintage.
Según el diseñador vial Ando DePrissa, una eminencia mundial en su ámbito, "la gente está aburrida de los viajes tranquilos, añoran el ajetreo del pasado. Además, la irregularidad del terreno es un valor añadido para la motivación de los conductores, que se muestran en estos tramos mucho más receptivos y atentos al volante que en el vulgar asfalto".
Pese a todas estas ventajas que nos cuenta el impulsor de este movimiento, lo cierto es que estas carreteras cuestan el mismo tiempo y dinero que una normal para construirse, pero ofrecen una considerablemente menor seguridad y comodidad en la carretera. En el trayecto de prueba, un tramo de 8 km. situado entre Zaragoza y Huesca, se ha notado un aumento de la mortalidad del 500% tras tan sólo una semana de entrar en activo."La culpa no es de la carretera, es que la gente ya no sabe conducir como antes" ha declarado DePrissa en su defensa.
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