El precio de la fama

La otrora prestigiosa editorial zamorana Andergarún se ha declarado en quiebra esta misma tarde. Así, los malvados creadores de la parodia "Juego de Tronados" ponen fin a su reinado de terror.

A continuación recorreremos brevemente la historia de esta editorial de la mano de una persona muy cercana a ella, Isabel Vela, una zamorana que ha pasado por el horror de tener que compartir piso y convivir con uno de sus responsables:

 "Yo a Andergraün le tengo el aprecio que se le puede tener a un botellón al que vas y te invitan a cervezas. No es ninguna metáfora rara, es que yo iba a vender estos fanzines a los eventos por las cervezas que me daban, no por otra cosa. Es más, yo creo que los leía porque tienen pocas páginas, que si no, ni eso.
Me acuerdo que con el primer número nos pidió ideas a los zamoranos para meter en el fanzine. Le ofrecí hacer una tira llamada "Elvis en la casa", que trataba de Elvis en una casa.
Dijo que no, que era una puta mierda... pues hijo, viendo algunas historias de los otros números, NO SE DÓNDE TIENES EL FILTRO.
Los siguientes números iban mejorando, aunque como a mí por lo general todas las historias de super héroes me parecen la mierda, pues tampoco te creas que me apasionaba mucho. Pero me daban cerveza. 

Más tarde llegó Tronados. Aquí yo ya vivía con Diego, así que presencié en primera persona la evolución del fanzine, así como la acumulación de cajas por casa.
Se les subió tanto a la cabeza que hasta tenían pensado venderlo en la FNAC. EN LA FNAC. VENGA HOMBRE, PERO QUÉ OS PENSÁIS. QUE NO, QUE NO.

Antes del Expocómic Diego estaba como loco por casa y casi lo matamos. Y venga posters, y venga el cacho cartón ese para hacerse fotos, que creo que la que más se hizo fotos con él fui yo. ¡Ni los niños se hicieron fotos con eso! Que lo sé porque estaba al lado bebiendo cervezas."

Tras decirnos esto, Isabel rompe a llorar recordando los malos momentos que pasó junto a estos esclavistas. Entre sollozos nos cuenta cómo sus corazones se iban envileciendo a medida que vendían miles y miles de copias de la parodia de la conocida serie, tratando aún peor si cabe a los que les antaño fueron sus amigos. La fama y el dinero los volvieron hoscos y huraños, y todos sus colaboradores, al verse explotados fueron abandonando el barco, llevando a la que fue la sensación del mundo del comic a la ruina. Isabel nos dirige unas últimas palabras con mirada suplicante:

"Así que por favor, si de verdad Andergraun ha muerto decídmelo, que tiro las cajas de fanzines al contenedor. A las cajas y a Diego.
Mejor, tiro a Diego, a los fanzines, y me quedo con las cajas."